La magia de rendirse

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Rendirse es el acto más importante y difícil que existe en el universo del amor propio.

Cuando nos rendimos algo mágico ocurre

A varias de nosotras nos han enseñado que nunca hay que rendirnos. Sin embargo, esta idea atenta contra las leyes del universo y pone en peligro nuestra energía cósmica.

Chica Mágica ¿has tratado de hacer todo lo posible y no ves resultados? ¿Has decidido continuar a pesar de todas las señales que te envía el universo para decirte que eso no puede cambiar? ¿Sigues luchando a pesar de que te lastimas en el proceso?

Si has pasado por ello esto demuestra tu valentía, pero también que aún no comprendes la magia universal de la rendición. Rendirse no es el camino fácil, sino el más duro. El camino de la rendición nos muestra verdades universales y abren la puerta para recibir lo que anhelamos.

En esta ocasión te vamos a enseñar la magia y las enseñanzas del saber rendirse y el efecto que tiene al momento de decretar la abundancia que merecemos.

Rendirse no es conformidad ni debilidad

La rendición no es ni debilidad ni conformismo sino parte de la relación cósmica entre nosotras y el universo. La rendición es un ejercicio de conocimiento interno con el fin de ver lo que debes cambiar cuando te cuestionas:

¿Por qué sigo sosteniendo algo que no me corresponde?

¿Por qué sigo en esta relación o trabajo donde no me valoran?

¿Por qué no puedo dejar de sentirme triste, ansiosa o enojada?

¿Por qué permito que me hablen así?

La rendición es un despertar de conciencia y una oportunidad para aceptar los designios cósmicos. El acto de rendirse permite que el universo te enseñe un nuevo camino.

La magia detrás de lo que no podemos cambiar

En nuestra vida existirán varias cosas que no van a poder cambiar.

Es necesario conocer la magia de discernir entre lo que merece tu energía y enfoque y aquellas cosas que no puedes cambiar. Si las identificas, las entiendes y te rindes, esto te puede ayudar a encontrar la paz y te permitirá recibir los regalos que el universo tiene para ti; pero que no te ha podido otorgar al no permitir que su energía fluya.

La rendición es decir al universo:

“Confío en que me mostrarás el mejor camino.”

 

¿Cómo saber cuando hay que rendirse?

El universo nos enseña a rendirnos y se manifiesta en nuestro cuerpo de una manera muy sutil y es cuando sentimos incomodidad. Siempre que hay incomodidad indica que es momento de rendirte. En caso de que no lo hagamos nuestro cuerpo de forma inconsciente se rendirá por medio de:

• Enfermedades.

• Estado bajo de animo 

• Falta de sueño

• Excesos

Esta son señales más fuertes que te envía el universo para pedirte que porfis te muevas de ahí.

Rendirse es escuchar al universo.

la magia de rendirse

Los pasos para comenzar a pedir deseos desde la rendición:

Paso 1:  Pide consejos al universo

Entender que no tenemos en control en varias cuestiones que ocurren en nuestra vida es el primer paso mágico para decretar cosas mejores para nosotras.

Cuando te sientas mal por una cuestión y no sepas que hacer, siempre recuerda mandar la oración de la serenidad  al universo para que te ayude a tomar mejores decisiones bajo el siguiente decreto:

 

 

“Universo concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar aquellas que puedo, Y sabiduría para reconocer la diferencia.”

 

 

 

la magia de rendirse

Tip mágico:

 Recuerda que cuando nos obsesionamos con algo hay tensión y con ello no trabaja la manifestación..

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Paso 2: Conoce la ecuación universal de los deseos

 

Desear+soltar+confianza= La recompensa del universo

Cuando soltamos los deseos, sucede el regalo de la magia.

 

Cuando nos obsesionamos con algo nunca surge la magia, si tu anhelas algo profundamente debes soltar tu deseo y poner a prueba al universo con absoluta confianza puedes hacerlo decretando de estas dos maneras:

  1. “Universo deseo con todo mi corazón (tu deseo) pero se que tu sabes que es lo mejor para mí, por lo que te dejo trabajar para que me muestres todo aquello que debo aceptar”
  2. “Universo por favor te pido que me muestres el camino para llegar con alguien que me permita  lograr (tu deseo).”

Recuerda:

No hay que exigirle al universo, hay que entenderlo. El va a trabajar a tu favor mientras vibres en lo que anhelas (nunca de los nunca podrás pedir algo que no eres o que no estás dispuesta a aceptar).

Cuando se “cierra una puerta”… ¡Se abre una galaxia entera!

¡El universo conspira a tu favor cuando te atreves a moverte!

Aprender a rendirnos hace que el universo nos premie ya que nos permite, salir del estancamiento.

En el momento en que nos rendimos, soltamos, y nos lanzamos al vacío de la incertidumbre, damos un fuerte mensaje al universo de que ya estamos listas para movernos.

El universo nos premia abriendo una galaxia entera de posibilidades para tu prosperidad, llenas de bellas experiencias y nuevos retos para tu crecimiento como mujer.

la magia de rendirse
Abraza la dificultad

Cuando escuchamos al universo por medio de la rendición nos brinda bellos regalos que nos ayudarán a entender las dificultades de la vida aceptando que hay cosas que no podemos controlar entrenándonos para ser mejores mujeres de luz.

Recuerda que una de las bellezas de la vida es que no es estable, por lo que no debemos victimizarnos. Las enseñanzas difíciles de la vida son pruebas que nos dan un regalo super importante: La serenidad que es el valor de mantener la calma en medio de la dificultad.

Rendirse es dejar de pelear con nuestro lugar en este plano astral y asumir que la vida es tal cual es.

la magia de rendirse

¡Cuando dejamos ir sucede la magia!

Recuerda: Chica Mágica

Cuando nos rendimos nos dejamos ir y en ese momento suceden las cosas más mágicas. Hay que entender la imperfección de la perfección. La rendición es expansiva y nos permite aprender a bailar sobre el universo para aceptar los difíciles caminos de la vida y recibir las bellas recompensas que vienen al final de su camino. Recuerda que eres valiosa, ¡no desperdicies tu tiempo en lugares donde no necesitas estar!
¡Aprendamos a rendirnos Chicas Mágicas!

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